Nuestro Hermano, Alfredo Mira, reflexiona sobre:
Introducción:
Corazón, alma y fuerzas
Jerusalén ciudad ideal. El Templo. Jesús opta por Galilea,
I.- Adoración.
Primera visita: Jesús tenía ocho días
1.- Los padres le inician en su fe: Crear buenos hábitos.
2.- Jesús asistía a la sinagoga “conforme a su costumbre” (Lc 4:16)
El hábito de la adoración y el equilibrio de la persona.
La congregación no era perfecta, pero Jesús asistía a la adoración
3.- Adorar es sentir y participar de una verdad más profunda que la lógica.
II.- Aprender.
Segunda visita al templo: Jesús tenía doce años.
1.- Jesús aprendiendo como un estudiante ávido de saber.
Necesitamos aprender, ¿pero Jesús? Así crecía en sabiduría.
2.- Adoración sin estudio lleva al fanatismo y la superstición.
Fundamentar el sentimiento religioso en un conocimiento sano y sólido.
3.- Escudriñad las Escrituras (Jn 5:39)
Historia. Lutero. La iglesia y la promoción de la educación
Esencia de la fe evangélica: “Cada uno dará a Dios razón de sí”
El aprendizaje de la iglesia es ¿teología o conducta?
III.- Compromiso y servicio.
La tercera visita se realiza el domingo de Ramos.
1.- Va directo a su destino: entró en el templo. Cordero pascual
2.- Gesto de autoridad mesiánica. (Mt 11:12-13)
Limpieza del templo: ¿Su interés era la adoración en Espíritu?
Invitación a los paganos con base bíblica (Is. 56:7).
3.- Actos de misericordia mesiánica (Mt 11:14)
Moviéndose con libertad “en la casa de su Padre”
Curación de ciegos y cojos
Conclusión
Los tres viajes al templo ilustran tres hechos de la vida cristiana: adoración, estudio, servicio (corazón, alma y fuerzas). Las tres son importantes, pero ninguna es completa sin las otras.
Texto Bíblico: Duteronomio: 6:5; Mt 21:10-14